Con esta imagen no solo se mostraba la alegría de la gran recompensa tras un esfuerzo, sino que más tarde representaría un resultado desvirtuado por un incidente relacionado con la salida del triatlón-cross de Vª del Rio y Minas.
Después de haber controlado la natación, algo corta por cierto, en cabeza junto a Javi Valenzuela y Pedro Lumbreras, en menos de siete minutos estábamos sobre el sillín que descansa sobre gruesos neumáticos inflados a tan solo un quito de la presión a que acostumbro a rodar en carretera.
La dureza del circuito no se hace esperar, el primer repecho de 1km me hace temer la llegada de los numerosos ciclistas fuertes que tomaron la salida. Con el lento paso de los kilómetros, la mayoría de tierra suelta y relieve cambiante, que sin ser demasiado técnicos incomodaban mucho el pedaleo, las esperadas bestias desatadas no llegaban, hasta el kilómetro 5-6, que alcanzo a ver una figura en una de las curvas de herradura. La persecución se define lentamente y hasta el km 9 no enlaza conmigo Gonzalo Orozco, al que había aventajado en tan solo 15" en el segmento mojado.
En la bajada de terreno más compacto funcionamos bien a relevos, con confianza de que no venía nadie cerca por detrás. Así fue.
A la salida de T2 ya conseguí una ligera ventaja que aumenté ligeramente hasta la zona de meta, llegando con unos 30" de margen que me permitieron celebrar gustosamente lo que creí que era un indiscutible triunfo.
Lo inesperado concurrió al revisar las clasificaciones, viendo mi nombre en segundo lugar, por detrás de Hector Guerra.
La explicación es que este antaño ciclista, actualmente disputando pruebas de triatlón-cross, no está federado en el deporte y partió de la segunda salida que se dio tres minutos después a la del resto de favoritos y federados. Siendo este hecho una incógnita ya que no se hizo ningún tipo de distinción entre federados y no federados (color del gorro o numero de dorsal), ni tan siquiera un control por parte de los jueces.
Pero no queriendo poner en duda la legitimidad del tiempo invertido por cada triatleta, únicamente queda el hecho de que yo competía contra un rival virtualmente invisible y desconocido, mientras Hector (al igual que todos los no federados) contaba con el factor de "saber lo que había por delante".
A pesar del incidente, el resultado y mi valoración de este son muy positivos, ya que en linea de salida se encontraban el actual subcampeón de España de tri-cross Carlos Martinez (al que no indicaron bien el recorrido y perdió un tiempo considerable), el subcampeón de España de du-cross Fco. Javier Macias y el dos veces campeón de España de duatlón Emilio Martín. Ninguno de ellos fue capaz de mejorar mi tiempo en el segmento ciclista, lo que me alienta para continuar potenciando esta disciplina.
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